Consumir carne de res alimentada con pasto puede mejorar el perfil metabólico y la salud en general, « hace sentirse NAT ».
No toda la carne roja es igual. En realidad, la carne de res alimentada con pasto es una mejor opción debido a que el tratamiento animal afecta la calidad y sus bondades nutricionales.
La creciente demanda mundial de carne de res ha dejado a los fabricantes luchando por satisfacer las necesidades de los consumidores y como resultado, la carne de res producida en masa a partir de animales que viven en espacios reducidos, con movilidad limitada, llenos de antibióticos y hormonas se ha convertido en la norma.
Como era de esperar, tratar a los animales en estas condiciones ha tenido un impacto negativo en el valor nutricional de su carne.
- La carne de res alimentada con granos tiene un perfil de micronutrientes más bajo en comparación con su contraparte alimentada con pasto.
- Y, aunque el precio es más alto, los beneficios para la salud tanto cuando la consumes en forma integral (comida) o mediante suplementos hacen que valgan la pena sumar la calidad extra.
Las bondades de la carne de res alimentada con pasto
La carne de res alimentada con pasto contiene de dos a tres veces más ácido linoleico conjugado (CLA) que su contraparte alimentada con granos, debido a que la dieta a base de cereales hace que el sistema digestivo de la vaca sea más alcalino. Aquí el PH más bajo evita el crecimiento de las bacterias que crean CLA.
El CLA se ha relacionado con:
- Reduce el colesterol y los triglicéridos, potenciando el sistema cardiovascular.
- Produce una mejora en la circulación sanguínea.
- Disminuye la resistencia a la insulina, ayudando al control del peso corporal y en ciertas instancias, inhibiendo la aparición de diabetes.
- Mejora el sistema inmunológico.
- Reduce las alergias alimentarias.
Menos grasas, Menos calorías
La carne de res alimentada con pasto es más magra y contiene menos vetas grasas que las variedades alimentadas con granos.
Cuando las vacas se estresan, como los humanos, producen cortisol y cuando los animales se almacenan en busca de grasa utilizando espacios confinados y bajo presión, tienen una carne más grasa debido al estrés que sufren.
Por otro lado, cada pieza de carne de res alimentada con pasto contiene menos calorías totales.
Con espacio suficiente para pastar en campos abiertos, estos animales producen considerablemente menos cortisol y, como resultado, son mucho más magras.
Los puntos a favor: ¿por qué?
Las fuentes de carne de res alimentada con pasto contienen niveles más altos de ácido esteárico que reduce las proporciones de ácido palmítico y mirístico, dos ácidos vinculados a causar colesterol alto.
Por tanto, añadirla a la dieta te ayudará a mantener bajo control el colesterol en sangre, sin renunciar por completo a la carne roja.
Por otro lado, las personas que la consumen, informan una mejor sensibilidad a la insulina. Y, aunque esto no es una ventaja para todos, las personas que sufren de niveles de azúcar en sangre inestables y menor sensibilidad a la insulina (incluidos los diabéticos), mejoran su calidad de vida.
El punto relevante es que el ganado que se mantiene en espacios confinados (es decir, variedades alimentadas con cereales) suele estar en contacto con más enfermedades, ya que el espacio de vida reducido permite que las enfermedades menores se propaguen rápidamente a través de una manada.
En un intento por frenar la propagación de enfermedades, los agricultores administrarán dosis regulares de antibióticos.
Se ha demostrado que el uso generalizado de antibióticos está provocando la aparición de bacterias resistentes a los antibióticos, lo que da lugar a reducir su calidad y bondades nutricionales, entre otros factores que se vuelven negativos para el consumidor.
En fin, si quieres mantenerte saludable sin renunciar a comer carne de res o yogures entre otros derivados, busca las fuentes de carne de res alimentada con pasto, que si bien es más cara, es mucho más beneficiosa.
¡ Tu salud no tiene precio, recuérdalo !