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Desde la edad de hierro se cultiva alfalfa como forraje para el ganado, aunque también es un alimento hipernutritivo humano.
Pocos saben que la alfalfa posee algunas propiedades medicinales, por ello se utiliza en la medicina ayurvédica para tratar afecciones causadas por la inflamación y el daño oxidativo.
Contiene más proteínas que la mayoría de los vegetales, además de vitaminas y minerales que proporcionan un gran aporte nutricional. Sus propiedades terapéuticas que ayudan a controlar el colesterol, la diabetes, problemas de salud reproductiva, entre otros.
Sus hojas, semillas y brotes son ideales para comer crudos en ensaladas o como guarnición, pero también están disponibles suplementos que ayudan en la asimilación de los nutrientes y sustancias beneficiosas que abundan en su composición.
¿Qué es la alfalfa?
La alfalfa (Medicago sativa) o mielga, es una planta herbácea perteneciente a la familia de las fabáceas o leguminosas, procedente de tierras persas, donde probablemente fue cultivada durante la edad del bronce para alimentar a los caballos.
Con el tiempo pasó a ser un cultivo habitual destinado a la alimentación del ganado, pero también usarse en diversos platillos por su aporte nutricional.
Es notable su contenido de proteínas, con 4 g en una porción de 100 g, que supera a muchos de los vegetales, además de contener buenos carbohidratos, fibra y algo de grasa.
También es rica en nutrientes y sustancias vegetales que le otorgan propiedades medicinales, incluyendo:
- Vitaminas: B1, B2, B3, B5, B6, C y K.
- Minerales: calcio, hierro, magnesio, cobre, fosforo, manganeso, sodio y zinc.
- Sustancias bioactivas: saponinas, cumarinas, flavonoides, fitoesteroles, fitoestrógenos y alcaloides.
¿Para qué sirve?, propiedades de la alfalfa
Más allá de sus beneficios dietéticos, la alfalfa se utiliza en medicina alternativa para tratar afecciones médicas y trastornos metabólicos, debido a que posee propiedades antiinflamatorias, diuréticas, reconstituyentes, digestivas y ligeramente hipolipemiantes, entre otras.
Mejora de la salud metabólica:
- Gracias a su alto contenido de fibra, puede controlar el azúcar en la sangre al disminuir la absorción de glucosa a nivel de los intestinos, evitando que llegue al torrente sanguíneo.
Disminuye el colesterol
- Es rica en saponinas, compuestos vegetales que pueden disminuir la absorción de colesterol en el intestino y eliminar los compuestos utilizados para crear colesterol nuevo, ayudando a bajar los niveles en sangre.
Combate la artritis:
- Suprime la producción de compuestos inflamatorios conocidos como citoquinas, reduciendo el dolor y la inflamación asociados con la osteoartritis o la artritis reumatoide.
Mejora la función renal:
- Tiene efectos diuréticos suaves que ayudan a prevenir y tratar los cálculos renales, cistitis, nefritis, prostatitis e infecciones del tracto urinario,
Reduce el estrés oxidativo:
- Tiene la capacidad de reducir la muerte celular y el daño al ADN causado por el estrés oxidativo resultante de la acción de los radicales libres.
Apoya la salud hormonal femenina:
- Brinda apoyo durante la menopausia, ya que puede actuar como un sustituto natural de las hormonas por el efecto estrogénico que le confieren cumestrol o isoflavonas, sustancias vegetales que imitan al estrógeno.
- Contribuye a aliviar algunos de los síntomas como sofocos, sudores nocturnos, debilidad, migraña y fatiga crónica.
- Se considera un galactagogo de origen vegetal, lo que significa que puede estimular la producción de leche materna.
Usos de la alfalfa
Las hojas de la alfalfa se consumen junto con verduras de hoja verde en ensaladas o guarniciones de diversos platillos. También se puede preparar bebidas refrescantes.
Los germinados son una excelente opción para preparar ensaladas o como ingrediente en emparedados. Otro uso común es como forraje para el ganado, obviamente.
Fuente natural de la alfalfa
Las hojas y las semillas de la planta Medicago sativa, comúnmente conocida como alfalfa, se utilizan para preparar ensaladas y para fabricar suplementos alimenticios con alto valor nutricional.
Suplementos de alfalfa
La alfalfa está disponible en suplementos en forma de tabletas, capsulas o polvo.
También se pueden encontrar paquetes con las semillas que se pueden germinar para obtener los deliciosos brotes que acompañan emparedados y otros platillos.
¿La alfalfa tiene efectos secundarios?
La alfalfa se considera segura cuando se consume en cantidades alimenticias, pero por su alto contenido de fibra, algunas personas pueden experimentar gases, diarrea o malestar estomacal.
Por otro lado, las semillas germinadas necesitan humedad para desarrollarse, un ambiente ideal para el crecimiento de bacterias como la Salmonella o E. coli.. Entonces, los niños, las mujeres embarazadas, los adultos mayores o cualquier otra persona con un sistema inmune comprometido, deben tener precaución al consumirlas.
También puede interactuar con medicamentos para la coagulación debido a su alto contenido de vitamina K.
Bibliografía científica sobre la alfalfa
Un estudio de 2016 que analizó las plantas usadas por los herbolarios en Irán para tratar cálculos renales y urinarios, encontró que la alfalfa estaba entre las 18 especies más confiables para tratar estos trastornos.
Numerosos estudios en animales han demostrado que puede reducir los niveles de colesterol total, colesterol LDL (dañino) y triglicéridos, además de aumentar el colesterol HDL (benéfico) para el sistema cardiovascular.
La alfalfa contiene un grupo de moléculas llamadas isoflavonas, un tipo de fitoestrógeno de origen vegetal que imita la acción de la hormona estrógeno. Como tal, podría ser un remedio eficaz para los trastornos menstruales como el síndrome premenstrual (SPM) y la menopausia, según una revisión realizada en 2017.
Una revisión de 2014 publicada en la revista Procedia, exploró el uso de la planta en madres que amamantan, la mayoría de las cuales informaron un aumento en la producción de leche materna.
Según una revisión de 2020, tiene algunas poderosas propiedades antioxidantes, ya que algunos estudios en animales han señalado que previene el daño por estrés oxidativo causado por los radicales libres.
Algunos estudios han informado que suprime la producción de compuestos inflamatorios conocidos como citoquinas, lo que puede reducir el dolor y la inflamación asociados con la osteoartritis o la artritis reumatoide.