Índice
La útil y segura vitamina C, con su acción antioxidante posee múltiples beneficios, más allá de tratar o curar el resfriado común.
También conocida como ácido ascórbico, la vitamina C es un nutriente vital para formar vasos sanguíneos, cartílagos, músculos y colágeno en tu cuerpo, así como para el proceso de curación de tu organismo.
Trabaja de una u otra forma, debido a sus propiedades antioxidantes y a sus múltiples beneficios que van desde interactuar con el sistema inmunológico, hasta mejorar la cicatrización de heridas y conservar tu piel joven.
¿Qué es la vitamina C?
Cuando hablamos de ácido L-ascórbico, ácido ascórbico y L-ascorbato, nos referimos a la vitamina C.
Es un nutriente soluble en agua que tu cuerpo no puede almacenar, porque se elimina en la orina a diario.
- Es un antioxidante que ayuda a eliminar sustancias no deseadas conocidas como especies reactivas oxidativas (ROS).
- Mediante su mecanismo de acción, ayuda a producir colágeno, L-carnitina y algunos neurotransmisores.
- Es un aliado necesario para la absorción del hierro. De hecho, simplemente consumir 100 mg de vitamina C puede mejorar la absorción de hierro en un 67 %.
- Y, cumple múltiples funciones directa o indirectamente con otras vitaminas y minerales.
Desde cualquier punto de vista, es importante que mantengas niveles adecuados de vitamina C, derivados de los alimentos y si entrenas duro o eres una persona muy activa, también desde suplementos.
¿Para qué sirve?, propiedades de la vitamina C
Este nutriente esencial ayuda a muchos procesos, tanto formativos como curativos, además de prevenir algunas afecciones.
Posee una potente acción antioxidante
- Fortalece las defensas naturales, protegiendo a las células del estrés oxidativo, causante de muchas enfermedades.
- Debido a que la vitamina C puede aumentar los niveles de antioxidantes en tu sangre hasta en un 30%, ayuda a las defensas naturales de tu cuerpo a combatir la inflamación y otras afecciones, incluso relacionados a la memoria.
Es precursora del colágeno
- El colágeno es el componente principal del tejido muscular (1 al 2%) y del tejido conectivo.
- De esta manera, es esencial para mantener saludables los tendones, ligamentos, piel, cornea, cartílagos, huesos y hasta los vasos sanguíneos.
Mejora el sistema inmune
La vitamina C está involucrada en el funcionamiento de muchas partes del sistema inmunológico, potenciando su capacidad protectora de tres formas:
- Ayuda a estimular la producción de glóbulos blancos conocidos como linfocitos y fagocitos, que ayudan a proteger el cuerpo contra las infecciones
- Ayuda a que estos glóbulos blancos funcionen de manera más efectiva mientras los protege del daño causado por moléculas dañinas, como los radicales libres.
- Es una parte esencial del sistema de defensa de la piel, ayudando a fortalecer las barreras naturales.
Mejora la salud cardiovascular
- Es capaz de ensanchar los vasos sanguíneos, mejorar la producción de óxido nítrico y reducir la inestabilidad de la placa en la aterosclerosis.
- Estos efectos de la vitamina C te protegen contra las enfermedades del corazón y de la hipertensión.
Y ¿qué hay con el resfrío común?
- Existe evidencia contradictoria sobre el uso de la vitamina C para tratar o prevenir el resfriado común.
- Sin embargo, otros estudios han encontrado que alguna cápula diaria (como ayuda extra) puede ayudar a que los resfriados sean menos severos y a disminuir su duración.
Usos comunes de la vitamina C
La vitamina C se usa mediante varios tipos de aplicaciones que se toman según los objetivos, que van desde prevenir o hasta tratar enfermedades respiratorias, dolores crónicos, acortar la cicatrización de heridas.
- Existen formatos puros y otros de liberación sostenida.
- Pueden combinarse con otros compuestos antioxidantes como flavonoides e, incluso con minerales o colágeno, e, incluso servir como complemento para la salud articular.
También tiene aplicaciones en la belleza y se utiliza en varios productos como geles sueros y cremas para la piel, para mantenerla piel saludable, firme y elástica.
Fuentes naturales de vitamina C en los alimentos
Las mejores fuentes de vitamina C son las frutas y verduras frescas, que debes consumir preferiblemente crudas, ya que el calor y la cocción en agua pueden destruir parte del contenido del micronutriente.
Entre los alimentos, encontramos:
- Pimientos rojos y verdes.
- Frutas cítricas como naranja, limón, toronja y mandarina.
- Frutas como el kiwi, las fresas y el melón.
- Espinacas y otras verduras de hojas verdes.
- Patatas, de cualquier versión.
- Guisantes verdes.
- Coles de Bruselas.
- Incluso en tomates.
Suplementos de vitamina C
Los suplementos de vitamina C están disponibles en formatos como tabletas, jarabes, cápsulas, gomitas o polvos que contienen diferentes tipos del micronutriente, como el Ácido L-ascórbico, bioflavonoides cítricos y, hasta combinados con minerales como hierro, sodio o calcio e, incluso con colágeno o algún compuesto para la salud articular.
Toma en cuenta que la dosis diaria recomendada de vitamina C es variable pero si prestas atención a la etiqueta observarás que puede ir desde 300-1000 mg por lo general.
¿La vitamina C tiene efectos secundarios?
Cuando se toman en dosis apropiadas, la vitamina C es segura, pero tomar demasiada a largo plazo (más de 2000 mg al día), puede causar algunos efectos.
Dependiendo del tipo de persona y su condición médica, la sobredosis puede causar cálculos renales, acidez, calambres estomacales o hinchazón, náuseas, vómitos y diarrea, fatiga y somnolencia, o a veces insomnio o enrojecimiento de la piel.
Bibliografía científica sobre la vitamina C
En un estudio, 65 adolescentes con anemia leve por deficiencia de hierro recibieron esta vitamina, los investigadores encontraron que el suplemento por sí solo ayudó a controlar su anemia.
Por otro lado, la ingesta elevada de vitamina C a través de alimentos o suplementos, tiene un efecto protector sobre el pensamiento y la memoria a medida que se envejece, según varios interesantes estudios.
Un estudio concluyente de 2013, sugirió que una dosis diaria de 1000 a 2000 miligramos (mg) puede acortar un resfriado en un 8 % en adultos y un 14 % en niños.